jueves, 28 de mayo de 2020

Pobre niña blanca...

Decidí borrar la última entrada porque después de leerla y leerla me he dado cuenta que no tiene sentido...
He estado ausente de la blogósfera este tiempo porque no he tenido buenos días...
Y es que me he estado preguntando y repreguntando un millón de cosas y ha nada le encuentro respuesta...
No sé cómo reestablecer mis relaciones familiares, rotas hace tiempo debido a mis conductas y malas decisiones... No sé cómo encarar el duelo que llevo hace meses desde que me separé (aunque a veces encuentro consuelo por aquí, eso les agradezco)... No sé qué hacer para independizarme económicamente... No encuentro proyectos, ni motivación, ni ganas de levantarme de la cama...
Pero me estoy adelantando.
La razón por la que escribo taaaaan irritante entrada es porque decidí confesarme un poco en este espacio. Aunque sea para poder verbalizar los pensamientos y brumas que me han estado dando vueltas en la cabeza.

Antes de que me diagnosticaran con TLP, no recibía ningún tipo de tratamiento. Adecuado, al menos. Quiero decir que desde que mi enfermedad comenzó a manifestarse, he pasado y vuelto a pasar por muchos psiquiátricos, médicos, terapeutas, fármacos, etc., pero nunca "daban" con el diagnóstico ¿acertado? Debido a ello (y a mí misma, vale aclarar, pues no se puede culpar de las decisiones que uno toma a una enfermedad, aunque tratemos de hallar lógica con su justificación; eso solía hacer yo para consolarme), como decía, debido a ello y a mí misma, caí en una vorágine de adicciones, autolesiones, intentos de suicido, sexo vacío y sin protección (no se cómo no me he agarrado nada), trastornos alimenticios... Dios, es que no hay cosa que no haya probado para dañarme más de lo ya me encontraba. Durante años. Muuuchos años.
Malas decisiones, como decía yo, que no se justifican por mi trastorno de personalidad, y eso... eso es lo que más me atormenta. Y es que siempre han dicho que soy una persona inteligente: entonces, ¿cómo he podido, por qué razón he DECIDIDO tomar el camino que tomé? No provengo de una familia disfuncional (que hoy sí lo es, lamentablemente, debido a mí), jamás he tenido problemas económicos, no padezco ninguna discapacidad que limite mis posibilidades... Y sin embargo me volqué a una vida de excesos y abusos (me cuesta mucho utilizar esa palabra) con tan sólo trece años... Dejé hermanas resentidas, padres aterrorizados, abuelos desconcertados, amigos abandonados, carreras académicas a dos pasos de acabar, trabajos sin remunerar...
Y hoy vivo con mis padres. Medicada y sin trabajar.
Y como he dicho en mi primera entrada del blog, éstos días de confinamiento son días en los que uno se interioriza mucho más en lo que uno es y cómo se siente respecto a ello... y yo no puedo sentirme más que decepcionada y avergonzada. No puedo mirar a la cara a nadie que me conozca, mucho menos hablarle, y por eso me escondo detrás de la escritura para manifestar mis pensamientos y emociones, porque sino... sólo me espera una nueva vorágine.

En fin, me he venido a confesar y lo hice. No busco sentimientos de pena o conmiseración. Pueden juzgarme, tampoco busco eso, pero pueden hacerlo (de todas formas, nadie podrá ser más duro de lo que soy yo conmigo misma)... No busco nada en especial, tan sólo compartir un poco de lo que llevo adentro, e intentar explicar por qué soy tan poco constante con el blog... a veces vuelvo a él y me siento un poco culpable por no haber escrito nada en días.

Bueno, en fin... La próxima espero que sea una entrada más feliz.

Nos estamos leyendo.


martes, 19 de mayo de 2020

Tu voz y mi cigarro

Una cerilla y un cigarro. El fuego se hace chispa. Desde su hamaca puede barrer con la mirada la pequeña ciudad dormida a los pies de su balcón. 
"Lady in red" desde su teléfono; 14% de batería. 
Fuma con parsimonia, con un dejo de apatía que presagia el oscuro abismo.
No hay por qué esperar más. Tan sólo dar una pitada tras otra sumergida en el silencio de una ciudad en sueños, bajo la atenta mirada de las estrellas, quienes la aguardan, impacientes, refulgentes. 
Una pitada más. Cierra los ojos un instante, en el que su cuerpo se empaña de caricias olvidadas, de besos desaparecidos. Su recuerdo la hace sonreír, aunque sea por un instante. Sí, tal vez le deba una sonrisa a su memoria antes de saltar.
Inhala el humo y se llena de satisfacción y valor. Abre los ojos. Ya es hora.
No se preocupa por apagar su cigarrillo: simplemente lo arroja al vacío; lo podrá apagar en un momento. 
Se incorpora. "Lady in red" se va acabando. Camina, hipnotizada. Los barrotes del balcón la llaman susurrantes: no quieren develar su secreto. Ya lo harán por la mañana.
Camina, cautivada por el averno que la espera, allí no más. A tan sólo dos pasos.
Uno, sus dedos acariciándole las mejillas. Dos, sus labios rozándole los muslos. Tres, una mano en su espalda.
Da media vuelta: él le sonríe desde su lugar, invitándola a acercarse; no es demasiado tarde. 
Ella se deja envolver en sus brazos mientras él le acaricia el pelo y le dice que todo va a estar bien. Ella cierra los ojos y lo abraza.
Al abrirlos, suena "Lady in red" desde su teléfono. 14% de batería. Enciende un cigarrillo. La ciudad está dormida. No hay por qué esperar más. Tan sólo una pitada tras otra, que la llenan de satisfacción y valor. Las estrellas la aguardan, impacientes. Ha llegado la hora. 

lunes, 18 de mayo de 2020

Y la película es...

¡Hola a todos! Bien... Se suponía que ayer debía publicar la respuesta del acertijo, pero a pesar de ser domingo, no tuve el tiempo para sentarme ante la computadora. Mamá la estuvo ocupando y para cuando la desocupó, era un poco tarde así que decidí compartir la respuesta hoy.

La película de la cual hablaba es "Don't worry, he won't get far on foot", una película de género cómico-dramático dirigido por Gus Van Sant y protagonizada por Joaquin Phoenix, Jonah Hill, Rooney Mara y Jack Black.



La misma trata la vida del caricaturista John Callahan. Después de quedar paralítico en un accidente de tráfico, John Callahan trata de abandonar el alcohol, apoyado por su novia y su amigo, quien acepta cuidarlo un poco a regañadientes. John participa, también sin mucho entusiasmo, en un programa de Alcohólicos Anónimos, donde conocerá a un guía espiritual que lo ayudará a superar su fantasmas. Mientras lo hace, John descubre que tiene un gran talento para el dibujo y el humor.



Lamento haberlos hecho esperar, y agradezco su participación en la propuesta.

¡Un saludos a todos!

jueves, 14 de mayo de 2020

Dime de qué película hablo

¡Hola a todos! Me sumo a la propuesta con la que me he hallado en el blog de Campirela. La misma nos ofrece que escribamos una entrada en la cual nos refiramos a una película que nos haya gustado, pero que no pongamos su título ni el nombre de ninguno de sus personajes reales y/o ficticios involucrados. Quienes comenten, tendrán la oportunidad de adivinar de qué película se trata, y se ganarán... No sé, sólo puedo ofrecerles una mención especial (?. ¡El título definitivo de la película se enseñará el domingo!

Bueno, acá voy: 

Un huérfano, un alcohólico y un accidente que llena de sentido la frase "no hay mal que por bien no venga". Una tragedia al inicio, la película se convierte en una verdadera vuelta de tuerca hacia el final. Historia de autodescubrimiento pero libre de sentimentalismos con las que se cargan otras películas que narran historias parecidas, lo cual, creo, es lo que más me ha gustado de ella.

El protagonista en sí no es amable en su días previos y posteriores al accidente. No es que cuesta quererlo, pero sí comprenderlo. El accidente no justifica su toma de malas decisiones, pero nos hace dar cuenta de cuán difícil puede ser manejar la vida cuando te das cuenta que desde hace tiempo estás roto, pero no has tenido oportunidad de saberlo hasta que llegás a un punto de inflexión irreversible. (Los que han leído mi primera entrada, entenderán porqué me ha gustado tanto ésta peli).

Un actor de renombre y uno a punto de consolidarse como tal en papeles logrados con excelente verosimilitud. Uno descubre gracias al otro (y a los empujoncitos de su novia y su "acompañante terapéutico") un talento que tenía latente pero que sólo logra sacar a relucir atravesando el camino del dolor, la honestidad para consigo mismo y la redención... 

Flashbacks, humor ácido, basada en la vida real... 

Creo que se las dejé fácil. No soy muy buena con los acertijos.

miércoles, 13 de mayo de 2020

"Jack", de Francis Ford Coppola

"-¿Alguna vez has visto una estrella fugaz?"
"-No"
"-Es maravilloso. Pasa rápidamente, pero cuando lo hace, ilumina todo el cielo."

Éste es parte del diálogo más profundo que verán en la película. Pero un sencilla metáfora para lo que Coppola nos quiere transmitir mediante ella.


"Jack" (1996) trata sobre la vida de un niño que envejece cuatro veces más rápido que los niños normales; por ende, al cumplir 10 años, nuestro protagonista se encuentra atrapado en el cuerpo de un adulto de 40 (Robin Williams).

No entiendo por qué razón la crítica ha sido tan demoledora respecto a ésta inocente joyita. Sí: inocente. Es que no vemos a un Francis Ford Coppola esforzándose en realizar una obra maestra como "Drácula" o "The conversation", sino más bien, una película familiar en la que el director se relaja para que todos los espectadores también lo hagan, pero que a la vez, se emocionen por la sencillez de la trama y la ingenuidad de sus personajes.

Coppola nos regala una narración fácil y emotiva, con algunas escenas memorables (cuando el mejor amigo de Jack habla sobre él en su clase, o Diane Lane se encuentra disfrazada de robot), una fotografía impecable de la mano de John Toll y la sorprendente y ridícula aparición de un emblemático personaje, que no quita mérito a la magnífica interpretación de Rrobin Williams (sí, se trata una vez más del papel correcto para el actor correcto, pero en verdad Williams logra destacarse con escenas cargadas de ternura).

La fugacidad de la juventud. De nada más ni de nada menos trata ésta película, que a pesar de haber sido muy mal recibida, a mí me sacó más de un lagrimón (warning: this person is extremely sensitive, DO NOT LISTEN AT HER).

De todas formas, no se trata de un filme imprescindible, pero sí recomendable para enternecerse un rato y pasar tiempo con los más chicos.



Resiliencia

Desde que comenzó la cuarentena, todos hemos estado pasando por momentos de introspección que en nuestras vidas cotidianas, se nos han pasado por alto. Nos hemos conocido más, a nosotros mismos y a nuestros seres queridos.
En mi caso en particular, la cuarentena "me agarró" cuando recién salía de una internación psiquiátrica tras haberme intentado suicidar y me hayan diagnosticado TLP (Trastorno Límite de la Personalidad); por ende, los primeros días de confinamiento, no han sido difíciles para mí, pues estaba acostumbrada a estar aislada. Pero con el pasar de las semanas, me he dado cuenta de que mi vida no se prescribía con la toma de medicamentos y la exclusión del mundo real. Con el pasar de las semanas, me he dado cuenta que extraño compartir mates, conversar durante horas con mis mejores amigos, mimar a mi familia, mimarme a mí.
Todo lo que aconteció antes del comienzo de la cuarentena, encendió una "chispa" en mi interior que me hizo descubrir el verdadero significado de la palabra "resiliencia".
La resiliencia es, a modo de resumen, la capacidad que tiene una persona de posicionarse frente a eventos traumáticos con el descubrimiento de autorecursos de fortaleza que poseía pero que se hallaban "dormidos" hasta el hecho o los hechos traumáticos en sí. En lo que a mí respecta, me he dado cuenta que se me dan bien las palabras. Poner en enunciados lo que mi "yo interno" procesa diariamente: desde autoanálisis propios quemando un cigarrillo en el balcón de casa, hasta observaciones críticas de libros, series o películas.
La resiliencia es mérito, más que nada, de mi mamá, que día a día me enseña la fortaleza con la que uno debe mantenerse desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, e inclusive mientras tanto, durante estos difíciles tiempos.
Redireccionar nuestras debilidades, tristezas y traumas, aun hasta el aislamiento social, hacia actividades, pensamientos y experiencias que nos hagan crecer como seres humanos con vistas a un futuro, sino ideal, al menos "vivible". Aunque no me gustaría reducir mis días futuros a "vivibles", sino más bien, a "disfrutables".
Es por ello que decidí comenzar a escribir este blog. Para compartir mis triunfos (por más mínimos que sean) y adversidades, para compartir pasatiempos y reflexiones, y a su vez, para nutrirme de las experiencias de otros, que se encuentran, posiblemente, en circunstancias parecidas a las mías. (No hablo de psiquiátricos ni trastornos de personalidad, sino de aislamiento social y necesidad de interactuar con otras personas; #TodosEnCasa).
Bueno, nada. Una pequeña introducción a lo que, espero, sea este blog.
Lanzo al aire un beso sin barbijo de por medio a todos ustedes.